Vestia ropa invernal sin duda, pero el frio se burlo de mis prendas y de mi ingenuidad, una hora practicamente a la interperie, sonriendo ,con sonrisa congelada que ya no sabia si era sonrisa o mueca...
No hubo refugio y ningun abrazo, ningun abrigo llego a mi lado, el cuerpo giraba como un pollo en el rotizador solo que buscando protegerse del viento que corria repentinamente con mas fuerza...todo era inutil.
Entonces una prenda te trajo a mi mente y el viento congelo las lagrimas en mis mejillas, aún sin estar, después de tanto tiempo y distancia me abrazaste tibiamente....
Quetzalli (la estrella del amanecer)
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