8 de febrero de 2010

La dama del crucero


Las 3 de la tarde en el crucero, me detiene el semáforo rutinariamente, mi pensamiento lejos del ruido cotidiano y de quienes va y vienen , hace también un alto para repasar los pendientes del dia y los apuros que correré antes que pueda ir a la cama abrigada calientita y relajada.

Mi vista se desvia un poco y vuelvo a mirarla como casi a diario, levantando un ejemplar del morbo nuestro de cada dia.
Me sorpendió desde la primera vez que la vi, y no pude dejar de recorrerla y fijar mi vista curiosa y seguramente descarada en su figura, esa figura que tanto me intriga aun, esa figura discordante de todo a todo, ese empeño de ser diferente? La femenidad de media calle, de la ignorancia de la pobreza, esa figura que me interroga constatemente, y que no logro definir ni logro ubicar en un espacio determinado.
Esa ocasion ella percibió como la observaba y sin duda le molestó pues me miro desafiante y creo que incluso me hizo una seña o un gesto retador, ni siquiera recuerdo bien a bien lo que fue, pues no conseguia dejar de mirarla…me dio vergüenza, un vergüenza humana , una vergüenza mas conmigo misma de pretender desnudar tan descaradamente una vida que de ningún modo me podría ser afin o tal  ves si.
Deje de mirarla en los días siguientes tan de frente, y la veía como sin verla, seguramente no me disitinguia en la fila de automoviles que periódicamente se detienen ante ella asi que tampoco volvió a dirigirme un segundo sus ojos claros en ninguna actitud , hasta aquel dia en que justo al detenerme en el semáforo a unos pasos de ella me asalto un ataque de tos producido como efecto secundario de un medicamento icorrecto, y la lección de mi vida…la vi acercase y tender su mano…una pastilla para esa tos..no supe en que momento tome la pastilla de miel y menta y muy apenas la mire con una sonrisa entre avergonzada y agradecida a sabiendas que la dichosa pastilla no me devolvería la salud pero soprendida por el gesto tan humano.
Y será que la concibo como un bicho raro, no lo sé, ni siquiera tengo claro que sentimiento me produce, y también se que me hubiese gustado inventarme mil historias y tal vez un dia lo haga, acerca de ella pero no lo he hecho justmente porque no consigo ubicarla y menos aún saber si siento asombro, pena, admiración por ella… o si me imagino que es una broma de la vida, un producto social, una deformación social mas bien, una tragedia o algo pintoresco.


La dama del crucero como yo la llamo , es una mujer de edad madura, su piel la delata, esa piel tan blanca pese a los rayos del sol y agrietada aun mas en invierno.
La dama del crucero con sus vestidos sacados no se de donde, de un baul de recuerdos, de un puesto del mercado donde las prendas van tres modas atrás, diseñados y confeccionados qiza por alguien cercano o incluso por ella misma, luce todo el tiempo medias en sus piernas cortas pero bien torneadas y zapatos de hombre o casi de hombre además bajos porque obviamente pasa mucho tiempo de pie y sin duda los de tacon además de cansar son mas caros….debe tenerlos para salir a pasear.
La dama del crucero completa su atuendo en invierno con una chamarra negra como las de diseño policía judicial.
En verano remata su figura una cachucha incombinable con el resto de su indumentaria.
Lo que mas me impresiona de ella es le maquillaje , que es relativamente discreto ysolo salta en unos labios rojo brillante que jamas dibujan una sonrisa.
No la veo hablar nunca pese a que están siempre ahí sus compañeros de trabajo , hombres todos, el que vende pan, el de los helados o donas, el que limpia parabrisas y alguno que pide corima.
La dama del crucero vende la racion de morbo a cada auto que sin importar modelo o apariencia lo compra, ella es de un seriedad que ralla en reto, en grosería y casi casi en burla.
Solo esa ocacion qe la mire asi con mi curiosidad descarada…fue cuando la vi cambiar de gesto.
No es bonita es indescifrable,no es sensual es contadictoria, no es novedad es parte del paisaje urbano de ese tramo del trayecto a mi casa.
No es atractiva siquiera pero sé que mas de una persona la mira dia a dia, se que las miradas son atraídas por su figura y su forma peculiar de arreglarse.


Me pregunto siempre que pienso en ella, siempre que la vuelvo a ver, que será lo que piensa o siente, no como ser social o como trabajadora, sino como mujer.
Tal vez su forma de vestir sea un desesperado intento de sentirse femenina, diferente atractiva en ese paisaje donde nadie la mira en realidad como tal.
No lo sé.

de Quetzalli la estrella del amanecer

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